miércoles, 25 de mayo de 2011

LA CENICIENTA

   En medio de tanta felicidad Cenicienta oyó sonar en el reloj de Palacio las doce.
Como una exhalación atravesó el salón y bajó la escalinata perdiendo en su huída un zapato, que el Rey recogió asombrado.
Para encontrar a la bella joven, el Rey ideó un plan. Se casaría con aquella que pudiera calzarse el zapato. Y no había ninguna que le cupiese.
Y  fue de casa en casa hasta que llegó a la de Cenicienta, entraron y empezaron a probarse el zapato todas y a la hermanastra alta, delgada, con granos y pies torcidos le cabía, y el príncipe al final se casó con ella.

VANESSA ARANEGA.

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